El 29 de noviembre de 2024, en la Iglesia de Scientology de España, situada a tan solo metros del Congreso de los Diputados en Madrid, se celebró la 11ª edición de los Premios de Libertad Religiosa, los conocidos como Religious Freedom Awards.
Este evento, organizado cada año por la Fundación para la Mejora de la Vida, la Cultura y la Sociedad (fundación de Scientology reconocida por Naciones Unidas), reunió a académicos, activistas y defensores de los derechos humanos en un evento que destacó la libertad de pensamiento, religión y creencias como un pilar fundamental de la democracia y la convivencia pacífica.

Los premiados de esta edición fueron Ana Isabel Planet, Santiago Cañamares y Fernando Amérigo-Cuervo. En el acto participaron números personalidades del ámbito de la libertad religiosa, tales como Daniel Pelayo (SubDirector General de Libertad Religiosa del Ministerio de Presidencia), Gustavo Suarez Pertierra (quien fuera Ministro de Educación, Ministro de Defensa y Director de Asuntos Religiosos en distintos tiempos y actual Presidente de UNICEF España), Ana Fernandez Coronado, Luis Morente de la Federación de Comunidades Budistas entre otros.
Un homenaje en tiempos difíciles

La apertura del evento estuvo a cargo de Isabel Ayuso-Puente, Secretaria General de la Fundacion Mejora, quien resaltó la importancia de estos premios en un contexto internacional y europeo de necesidad de mejora de la aplicación del mismo por parte de los estados.
Como no podía ser de otra manera, también tuvo palabras para recordar y concienciar sobre las recientes tragedias de Valencia. Ayuso-Puente destacó la solidaridad mostrada por los voluntarios de diversas religiones, incluidos los ministros voluntarios de Scientology, quienes han ofrecido y coordinado más de 18,000 horas de servicio en los esfuerzos de recuperación. “La solidaridad y la colaboración han demostrado que, frente a la adversidad, todos podemos trabajar unidos sin diferencias”, expresó en su emotivo discurso.

El presidente de la Fundación, Iván Arjona-Pelado, quien también representa a Scientology ante la UE y Naciones Unidas, y que fue elegido presidente del Comité de ONGs de Libertad Religiosa de ONU Ginebra, presentó una sorpresa especial: un proyecto editorial financiado por la Fundación Proyecto Convivencia (del Ministerio de Presidencia), que distribuye un libro compilando los trabajos de los premiados en los últimos 10 años a bibliotecas universitarias y que fue coordinado por el mismo Arjona y por el Catedrático de Derecho Constitucional, el Profesor Alejandro Torres. Según Arjona-Pelado, “difundir el conocimiento sobre la libertad religiosa es crucial para construir un futuro de respeto y tolerancia”.
Los premiados: una defensa incansable de los derechos fundamentales
Ana Planet

Catedrática de Sociología del Islam en la Universidad Autónoma de Madrid, Ana Planet fue galardonada por su labor académica y de investigación sobre los derechos de las comunidades musulmanas en España y el impacto que este trabajo tiene sobre las demás confesiones minoritarias.
Durante su discurso, Planet recordó momentos clave de su trayectoria, como su investigación en Melilla y Ceuta y su trabajo en el desarrollo del marco legislativo para el pluralismo religioso en España. “La pluralidad y la libertad religiosa no ponen en peligro la cohesión y la identidad de las sociedades europeas; al contrario, las fortalecen”, afirmó.

Planet destacó el impacto de la Ley Orgánica de Libertad Religiosa de 1980 y pidió a las nuevas generaciones mantener el consenso político que permitió avances históricos en derechos fundamentales. “Hoy más que nunca, debemos combatir los discursos de odio y reforzar los valores democráticos basados en el pluralismo y la igualdad”, concluyó.
Santiago Cañamares Arribas

Catedrático de Derecho Eclesiástico del Estado en la Universidad Complutense de Madrid, Cañamares centró su intervención en los retos actuales que enfrenta la libertad religiosa en Occidente. Analizó casos en los que las creencias religiosas son relegadas al ámbito privado y situaciones de discriminación laboral, como el uso del velo islámico o la objeción de conciencia en temas como el aborto y la eutanasia.

“La libertad religiosa nos permite vivir según nuestras convicciones y valores, pero sigue siendo necesario defenderla incluso en sociedades democráticas”, señaló.
Cañamares también destacó el papel de los tribunales europeos en la promoción de soluciones inclusivas, subrayando que “la libertad religiosa es un derecho humano crucial que debe protegerse frente a cualquier discriminación o arbitrariedad”.
Fernando Amérigo-Cuervo Arango

Reconocido experto en Derecho Eclesiástico, y miembro prominente de la Sociedad Española de Ciencias de las Religiones, Amérigo-Cuervo ofreció un emotivo discurso en el que vinculó la dignidad humana con los derechos fundamentales. “La libertad de conciencia es un valor esencial en la construcción de sociedades plurales, tolerantes e inclusivas”, afirmó. También advirtió sobre los riesgos que suponen los discursos de intolerancia y xenofobia en las democracias modernas.

El profesor dio las gracias tanto a sus alumnos como a sus profesores, y rindió homenaje a figuras históricas como Erasmo de Rotterdam, Voltaire y René Cassin, y a otras contemporáneas como Dionisio Llamazares, recordando que los principios de libertad, igualdad y fraternidad son fundamentales para superar los retos actuales. “Somos hijos de una tradición que defiende la dignidad humana como pilar de nuestras sociedades”, concluyó.
Reconocimiento especial a L. Ronald Hubbard
El evento también incluyó un homenaje a L. Ronald Hubbard, fundador de la religión de Scientology, por su contribución a la defensa de los derechos humanos. Este reconocimiento, promovido por el abogado Arroyo, fue recibido por Jetmira Cremonesi, representante de la oficina personal de L. Ronald Hubbard en Europa.

Tras el galardón, Arjona-Pelado destacó que el legado del Sr. Hubbard inspira a los miembros de Scientology a luchar contra las injusticias y promover valores universales como la justicia y la tolerancia “sin importar ni quién ni qué se les ponga por delante”.
Un llamado a la acción
La 11ª edición de los Premios de Libertad Religiosa subrayó que la defensa de la libertad religiosa es esencial para garantizar sociedades inclusivas y democráticas. En palabras de Fernando Amérigo-Cuervo, “las creencias nos sostienen como seres humanos y la libertad de conciencia es imprescindible para construir una sociedad justa”. Este evento no solo reconoció a figuras destacadas, sino que reafirmó el compromiso colectivo con la igualdad, la dignidad humana y la convivencia pacífica.
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